Tus primeros pasos hacia tus propósitos comienza con la determinación firme por alcanzar una meta u objetivo.
Por ello la importancia que damos al iniciar cada año o una nueva historia de nuestra trayectoria personal de vida.
Y en este punto es donde me gustaría hacer mayor énfasis, puesto que tal vez, solo como una posibilidad, podríamos dejar de insistir en reducirlos a una simple lista de deseos inmediatos o de corto plazo.
Intentando con ello, empezar a poner en práctica otro tipo de inteligencia que nos plantea mirar escenarios distintos, con los cuales experimentar y trazar una línea mucho más flexible a la acostumbrada.
Ver los propósitos como algo perfectible, mas no perfecto.
Por confuso que esto parezca, no es más que avanzar a tu propio ritmo y sin pretensiones externas, que terminen por desviar la razón que nos llevó al diseño de estos objetivos.
Esta razón debe ser tu guía, mas no una obligación autoimpuesta.
Misma que te ayude a ir aterrizando cada meta en pequeños pasos realistas y concretos, con los cuales ir avanzando de a poco, pero con la firmeza que anhelamos conseguir.
Es verdad que esto tendrá implicaciones de trabajo duro, perseverancia y persistencia, que no siempre se logra a la primera de cambio, con solo tener la idea o un chispazo de motivación.
Cada una de estas decisiones, habrán de ser moldeadas con empeño y disciplina.
Es solo cuestión de tiempo, ten paciencia.
En realidad, la única diferencia que nos separa del hacer, es empezar con algo y repetirlo tantas veces sea necesario para convertirlo en parte de la rutina y hábito de vida.
Tal como aprendimos a andar en bicicleta o lavarnos los dientes, es así de sencillo, mas no fácil ni rápido.
Piénsalo, en realidad, ya lo haces…
Ahora te toca a ti reflexionar… Veras que en tí ya existen muchas respuestas que te sorprenderán.
Requiere de sistematizar cada parte del proceso que conlleva una acción con repeticiones pequeñas y cortas pero significativas.
Dejando fuera todos los desperdicios que encontremos dentro de este proceso que antecede a la práctica.
Una vez que identifiquemos estos desperdicios o distractores, podremos realmente estar dispuestos a ir avanzando poco a poco, a nuestra manera y nuestro ritmo.
No hace falta que te presiones o sobre cargues, mucho menos que desperdicies tu energía dando vueltas en el sofá o la cama intentando descifrar el plan perfecto, el negocio del siglo, la idea revolucionaria, el proyecto del millón.
Nada de esto es relevante si lo analizas con detenimiento y solo ocupa un espacio en tu mente que termina paralizando cualquier pequeño incentivo para actuar.
Algunos consejos prácticos para dar tus primeros pasos son:
1.- Intenta poner la mente en blanco de vez en cuando. desintoxícate de información que no te beneficia o de personas que te contaminan con problemas imaginarios, mejor aún si no eres tú quien los produce.
2.- Ten siempre la apertura para sorprenderte y descubrir en el camino, no es necesario planearlo todo.
3.- Intenta no buscar una respuesta a todo, en todo momento. Desconéctate por un instante y enfócate, Da un paso a la vez y respira.
Ahora si llegaste hasta aquí, felicítate por este primer esfuerzo y reflexiona de tus logros antes de volver a empezar una nueva carga.
Espero que este articulo haya sido de utilidad o al menos ese fue mi propósito al redactarlo para ti.
Feliz inicio de año.
Con cariño R.O.