“CERRANDO CICLOS”
Autor: Mtra. Veronica Ramos Terrazas
Directora de la Fundación Academia Aesculap A.C.
El fin de año, un claro ejemplo del ciclo de los ciclos
Quisiera comenzar deseando que cada uno de ustedes se encuentre en paz y armonía consigo mismo, que este ciclo tan difícil del 2022, haya dado frutos y recuperado la paz y la energía para seguir delante de cada una de sus vidas.
Pensando en como cerrar este año y explicar lo que es un ciclo, les pediré que juntos analicemos lo siguiente: El tiempo se dice que transcurre en línea recta, sin embargo no abre ni cierra ciclos: transcurre en movimiento lineal de un punto de partida y un punto final.
Es fácil visualizarlo y comprender que casi nada funciona así en la vida, en la biología del ser humano, en las estaciones del año como la primavera, un árbol se llena de hojas, en otoño las pierde y en la siguiente primavera las recupera, como si todo simplemente volviera a suceder de forma repetitiva. Sin embargo, la vida no es lineal, es como un círculo; pero no lo es literal, ya que el árbol ha madurado o crecido de tamaño, es más alto, más ancho, diferente y después de muchos ciclos ha envejecido. Entonces, la deducción a esta reflexión es que nuestra vida se parece más a una espiral, cada uno de nosotros elije, si es hacia arriba o bien hacia abajo. Yo les invito a que busquen la evolución ascendente.
Todos nacemos, crecemos…algunos nos reproducimos, envejecemos y llega un momento en que morimos. Se escucha lineal, pero si hacemos una revisión profunda y vamos paso a paso a los recuerdos encontraremos en nuestra existencia, que constantemente iniciamos y terminamos, reemprendemos proyectos, abrimos y cerramos ciclos, es así, una verdad absoluta: “todo lo que empieza tiene que terminar”, como ahora nos acercamos al cierre de diciembre 2022, para abrir en enero el 2023, como cada día nos despertamos sale el sol y nos dormimos llega la oscuridad y la luna, trabajamos y regresamos a casa, tenemos vidas en evolución espiral, como la hermosa forma del ADN.
Visto desde la ciencia médica, la diferencia quizá radica en que la medicina posee un saber y un hacer que le permite cerrar bien un ciclo de enfermedad o malestar y prolongar el de la salud y el bienestar y, por lo tanto, el de la vida.
Entonces nos preguntamos, ¿qué queremos hacer con este nuevo ciclo de salud? ¿Qué sentido le damos a nuestra vida ahora que nos sentimos bien? Incluso si el enfermo no sana del todo, planea sus siguientes pasos un poco en función de su energía y de sus posibilidades. En Academia Aesculap, apoyamos al paciente a través de los cursos de Información a Pacientes y familiares, te invitamos a visitar la plataforma E-Learning en http://academiaaesculap.eadbox.com/
Se va 2022, el año en que la pandemia de Covid-19 retrocedió y las actividades humanas recuperaron, en lo que cabe, la normalidad. Muchas personas utilizaron muy bien los dos años más difíciles del encierro y los cuidados extremos para reflexionar acerca de sus metas, sus objetivos vitales. Otros, simplemente han retomado sus quehaceres con una prisa notoria por “recuperar el tiempo perdido”. Cuántos ciclos emocionales se han cerrado o concluido, otras personas han abierto ciclos nuevos, muchos a partir de los nuevos abrazos a los seres queridos (hermoso símbolo de vida en espiral, dos cuerpos entrelazados).
¿Cómo se cierran los ciclos?
No habría la menor dificultad para hacerlo, si no implicara despedidas indeseadas, temores hacia lo nuevo, incertidumbre ante las capacidades propias para afrontarlo debidamente, etcétera. Podemos pensar, por ejemplo, en un duelo y sus diferentes etapas: desde la negación hasta la aceptación, pasando por la ira, la tristeza o depresión y la negociación o “intelectualización”[1]. Despedirse cuando no se quiere que haya despedidas exige de nosotros trabajar con nuestras emociones, realizar un duelo. Despedirse cuando la emoción positiva hacia lo que está por venir es muy grande, muy apasionada, resulta, por el contrario, sumamente sencillo.
Si hemos tenido un mal año, nos urge que acabe éste para comenzar el que sigue con nuevos propósitos. Desde luego, si los propósitos son inalcanzables, es muy previsible que el 31 de diciembre la persona se siente a pensar en sus propósitos, convertir los sentimientos en algo más llevadero o incluso estimulante o luminoso; en términos económicos, puede significar incrementos sustanciales en la cuenta bancaria. Hay retos intelectuales, deportivos, creativos, físicos, humanitarios, amorosos, políticos… Quizá todos queremos alcanzar muchos retos y metas, cada ser humano es una mezcla de sus sueños, de sus planes.
Les invito a reflexionar, como cada uno de ustedes cierra el 2022. ¿Qué hemos logrado? ¿Qué se quedó en el cajón de los pendientes? ¿A qué le vamos a dar prioridad y cómo podremos llegar a su consecución? ¿Necesitamos ayuda: un amigo, un médico, un psicológo, un instructor físico, un profesor, un nutriólogo? (Hermosa imagen de la felicidad, una espiral como la “huella digital” de la corteza de un árbol robusto, sano, frondoso, que nos da oxígeno, sombra y desde inmanente generosidad).
Para el escritor argentino Julio Cortázar, el final de un ciclo implica, de algún modo, “un alto en el camino”, un esfuerzo por valorar lo que hay hasta el momento, una reflexión. Él piensa en un caracol[2], espiral andante. Y para el poeta griego Konstantino Kavafis[3], nada ilustra mejor un ciclo, una espiral, que el viaje de Odiseo de regreso a su hogar, la isla de Ítaca, donde su esposa Penélope espera su regreso de la Guerra de Troya. El viaje es tan largo, tan accidentado, más arduo que la guerra misma… que Odiseo regresa veinte años más viejo, pero más sabio y profundamente colmado de experiencia.
Mientras nuestros ciclos se abran y se cierren, estaremos vivos. Somos un ciclo de ciclos, y el gran misterio previo a nuestro nacimiento es, quizá, el mismo que nos espera tras nuestra desaparición de este mundo. El gran ciclo de los ciclos nos permite crecer y agrandar nuestra espiral (hermosa iconografía, el dios hindú Shiva, quien, con sus muchos brazos, conforma el ciclo de la destrucción y la construcción, la luz y la sombra, el hielo y el fuego), girar y darle sentido a la aventura del ser.
Reflexionemos y soñemos como crecer, planeemos y hagamos realidad con pasos firmes nuestros anhelos, un pensamiento se traduce en palabras, las palabras en hecho y me despido con mi frase favorita: Ser las Palabras.
Con mucho cariño les deseo un Feliz fin de ciclo 2022.
Mtra. Verónica Ramos Terrazas
Biografia:
[1] El duelo se ha investigado desde muchas ópticas; aquí mencionamos la de la tanatología, en particular de la doctora Elizabeth Kübler-Ross, y la aportación psicoanalítica del psicoterapeuta Igor Caruso (La separación de los amantes.
[2] Algunos aspectos del cuento, Julio Cortázar
[3] Ítaca, Konstantino Kavafis
En Estartu estamos comprometidos con impulsar una #Educaciónconpróposito, a tráves de la suma de esfuerzos compartidos.
Agradecemos a la Fundación Academia Aesculap y a su Directora la Mtra. Veronica Ramos por regalarnos esta maravillosa lectura de cierre de año a toda nuestra comunidad presente.
Ayúdanos a ser parte del cambio, aprendiendo a emprender tú camino de aprendizaje continuo, llamado vida, con los más altos valores humanos.
!Gracias por tú compañia!
“Unidos para trascender”