Cada año es una nueva oportunidad, para enfocarse en lo que más importa.

Para dejar ir todo aquello que es solo ruido alrededor y dejar entrar todo aquello que vive en el interior de cada ser humano.

Esa luz que guía nuestro camino de aprendizaje continuo, llamado vida.

Aprendamos a escucharla y dejemos ir todo aquello que nos impide vivir con amor hacia nosotros mismos y hacia el resto de nuestro entorno.

Recuperemos la paz y la confianza en todos nosotros como especie y sigamos adelante con la esperanza de un cambio verdadero y de por vida.

Dejemos atrás todo aquello que hayamos logrado o que jamás hayamos creído llegaría a nuestras vidas.

Dejemos atrás las dudas, los miedos o todo tipo de sentimiento egoísta que hayamos podido acumular en el camino.

Vayamos con la frente en alto.

Con nuestra fe y la esperanza, para asumir todo lo que venga en adelante.

Todo aquello que estemos dispuestos a afrontar en nuestras vidas.

Es verdad que nada es casualidad, pero tampoco, es del todo cierto, que el crédito sea todo nuestro.

Hay muchas de las cosas que disfrutamos en las que no hemos intervenido.

Entre ellas las mejores de la vida.

Respirar es una de ellas…

Así que respira y reflexiona en estos días.

Hazte la siguiente pregunta:

¿Y si hoy fuera el último día de mi vida?

¿Qué haría diferente? ¿Con quién estaría? ¿A quién abrazaría? ¿A quién le daría mi último beso? ¿A quién le dedicaría mi tiempo y atención sin condiciones?

Y si todavía no te has detenido a contemplar todas aquellas virtudes o dones que viven en ti y en la naturaleza, te invito a que lo hagas.

Pues es ahí en donde se encuentra la magia del amor y la felicidad.

Regálate este instante para recordarte a ti mismo que todo lo que ha llegado a tu vida tiene sentido.

Un sentido que va más allá de ti mismo.

¡Porque la comunidad la hacemos todos!

Con la voluntad de ser y estar…

“Unidos para trascender”

Con cariño profundo para todos nosotros, los emprendedores con sentido humano.

Felices fiestas 2024

Roxana Ortega

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